Este artículo que leeréis a continuación bien podría relacionarse con otro que tiempo atrás elaboré a razón de las tractoradas ➡ https://recared79.blogspot.com/2024/02/tractoradas-vivir-en-la-agro-matri.html igual como ya hice en esa ocasión intentaré aportar mi punto de vista, mi experiencia y conocimientos sobre este tema. Veremos que sale.
LAS ADF 🌳💪 DE KABALUÑA 🎗🔯 COMO EJEMPLO DE LA PROSTITUCIÓN AGRO-FORESTAL SIStémica 🌐 : Sí, empezamos fuerte, soy consciente, pero ya sabéis que no me gusta tener pelos en la lengua. Me gustaría amigos, aún sabiendo que está en catalán y puede que algo no se entienda del todo bien, que echarais un vistazo a este vídeo de la historia de las ADF catalanas ➡ https://youtu.be/uNymKghihUg ¿Por qué creo que es importante? Veréis, en Cataluña, durante los años setenta y ochenta del siglo pasado, un grupo de propietarios forestales decidió organizarse por CUENTA PROPIA para hacer frente a un problema que les era muy cercano y urgente: los incendios forestales y agrícolas. De esa iniciativa surgieron las Asociaciones de Defensa Forestal (ADF), una RED COMUNITARIA que se adelantó a la administración en la prevención y extinción de fuegos. /// Estas asociaciones no nacieron de un decreto ni de una subvención, sino de la RESPONSABILIDAD COMPARTIDA y del CONOCIMIENTO ANCESTRAL/TRADICIONAL DEL TERRITORIO. Quienes las integraban conocían cada rincón de los bosques, cada sendero y cada viento predominante. Sabían, por tradición y experiencia, cómo se comportaba el fuego y qué puntos eran estratégicos para frenarlo. En esencia, representaban la AUTOGESTIÓN POPULAR aplicada a un bien común: el cuidado de la tierra. ¿Pero qué paso con los años y en el vídeo se explica y se ve muy claramente? Fácil, el Estado fue absorbiendo esta competencia. El protagonismo en la gestión de incendios pasó a manos de bomberos profesionales y cuerpos técnicos centralizados. Si bien esta profesionalización aportó recursos y tecnologías modernas, relegó a las ADF y a los propios propietarios forestales a un papel secundario, casi testimonial o a veces, directamente nulo. La voz de quienes habían custodiado el bosque durante generaciones, siglos o algún milenio, fue y ha sido sustituida por la lógica burocrática y por planes diseñados lejos de la realidad cotidiana de los pueblos y la payesía. Amigos, este proceso ilustra perfectamente un fenómeno más amplio: la tendencia del Estado a monopolizar funciones que antes ejercía la COMUNIDAD. El resultado inmediato parece, y muchos lo defiende como positivo, argumentando que es más organización, que hay más medios, etc... pero a largo plazo genera un efecto perverso: comunidades menos autónomas y ciudadanos más dependientes. Donde antes había responsabilidad compartida y autosuficiencia, ahora hay delegación pasiva y espera de soluciones externas. Podría decirse que esta dinámica contribuye a la formación de una sociedad ABURGUESADA Y POCO RESILENTE , habituada a que otros resuelvan lo que antes se afrontaba colectivamente. La experiencia de las ADF nos recuerda que la autogestión no solo es posible, sino también eficaz. Nos advierte, además, de los riesgos de ceder al Estado todas las competencias de la vida social. Porque una población que no participa activamente en la gestión de su entorno se convierte, poco a poco, en un sujeto dependiente. Y la dependencia, aunque cómoda en apariencia, acaba empobreciendo e incluso MATANDO tanto al individuo como a la comunidad.
¡EL ENEMIGO A COMBATIR ESTÁ EN EL SUELO! : Relámpagos, pirómanos e incendiarios, cosechadoras y empacadoras mal mantenidas, líneas de alta tensión deterioradas... Efectivamente amigos, hay varias causas que pueden originar un incendio forestal, aunque realmente tendríamos que ver hasta que punto. Pero... una vez lo tienes, una vez arde el monte, sea éste o no provocado, vas a tener cuatro factores que cuando entré de bombero te enseñaba sólo de entrar: 1)La humedad del terreno y del aire: cuanto más seco, más rápido prende la vegetación. 2) La temperatura: el calor ambiental “precalienta” el material vegetal y facilita la ignición. 3) El viento: el gran acelerador, que empuja las llamas y transporta chispas a kilómetros de distancia. 4)El combustible: es decir, la vegetación muerta y viva acumulada en el bosque que actúa como alimento del fuego. ¿Pero que pasa aquí amigos? Pues que los tres primeros factores son incontrolables: nadie puede bajar la temperatura en plena ola de calor, ni hacer llover, ni frenar el viento. La única variable que podemos gestionar es la cuarta: la cantidad y tipo de combustible disponible. O sea el verdadero problema: la acumulación de combustible. Porque lo que no se puede afrontar/solucionar ya no es un problema. /// Cada año los bosques acumulan más ramas secas, matorrales, sotobosque denso y árboles sin gestionar. Si no se retira o reduce ese material, el incendio encuentra una autopista de combustible lista para arder. La ecuación es simple: más vegetación abandonada equivale a incendios más intensos y peligrosos. Oye, ¿y por qué no se gestiona mejor el monte? Aquí surge la paradoja: todos sabemos qué habría que hacer —extraer madera, permitir el pastoreo, realizar clareos o quemas controladas—, pero rara vez se lleva a cabo de manera suficiente. ¿Y Por qué? Me preguntaréis. Bueno aquí hay varias razones según yo lo veo o entiendo: 1) La principal es porque no es rentable: el precio de la madera y de la biomasa es bajo, y los costes de extracción en zonas abruptas superan lo que se puede ganar. 2) Porque falta mano de obra rural: el éxodo a las ciudades ha vaciado de trabajadores el campo y el trabajo no es precisamente agradecido. 3) Porque la burocracia lo complica todo: permisos, normativas restrictivas y trabas administrativas hacen que el propietario forestal acabe desistiendo. El resultado es un círculo vicioso: el bosque se abandona, se acumula combustible, los incendios se vuelven más devastadores, y la población reclama al Estado que lo resuelva. Volvemos a lo de antes; El Estado, en lugar de facilitar la gestión, suele optar por prohibir, restringir o vigilar, apoyándose en su monopolio jurídico y policial. Con ello, convierte una tarea ya complicada en una misión casi imposible para el particular. Así, la sociedad se acostumbra a delegar toda la responsabilidad en la administración, como si los incendios pudieran resolverse únicamente con más aviones y camiones de bomberos. ¡NO TIENEN NI P.... IDEA! Si queremos reducir la virulencia de los incendios debemos asumir una verdad incómoda: no basta con culpar al cambio climático ni esperar que los bomberos lo apaguen todo. El bosque abandonado es el verdadero enemigo. Mientras no gestionemos el combustible acumulado seguiremos alimentando incendios que cada verano son más destructivos. La cuestión no es si habrá incendios (los ha habido y habrá siempre) sino si elegimos que ardan de forma más controlada, con una gestión inteligente, o que lo hagan de forma descontrolada, devorando pueblos, paisajes y vidas de animales y peor aún, de seres humanos. No hay más.
DEL PARAÍSO AL BOSQUE ARDIENDO ✨🌳✨ ➡🔥🌳🔥 😢 : El relato bíblico de Adán y Eva en el jardín del Edén ha sido interpretado de muchas maneras: como mito fundacional, metáfora de la inocencia perdida o explicación de la condición humana. Yo lo voy a leer en clave "incendios forestales" a ver si me se explicar 😅. Amigos el Edén era un mundo sin necesidad de gestión. En el Paraíso, todo era armonía. La naturaleza no necesitaba intervención: los frutos brotaban, los animales convivían y la vida humana se desarrollaba sin esfuerzo. Adán y Eva habitaban un jardín perfecto, sin la carga del trabajo ni la preocupación por la supervivencia. Era la imagen de un ecosistema ideal, en equilibrio absoluto. El punto de quiebre llega con la expulsión. Dios les advierte: “con el sudor de tu frente comerás el pan”. A partir de ese momento el ser humano se enfrenta a una tierra que ya no se basta a sí misma en armonía, sino que requiere trabajo, cuidado y gestión. Allí donde Adán y Eva pongan sus pies, el suelo, los cultivos, el ganado y los bosques dependerán de su esfuerzo. Esta transición del Edén a la tierra trabajada no es solo un castigo: es también una llamada a la responsabilidad. La naturaleza ya no es un jardín autosuficiente; necesita de la intervención humana para no colapsar. /// Si miramos a nuestros bosques con esta lente, comprendemos mejor el problema de los incendios forestales. Mientras imaginamos que el monte es un “paraíso natural” que puede mantenerse solo, caemos en el error de Adán y Eva antes de la caída: creer que nada requiere cuidado. Pero la realidad tras la expulsión es otra:
La vegetación se acumula, los matorrales se descontrolan y sin intervención, el bosque se convierte en un polvorín. El fuego aparece entonces como la consecuencia inevitable de nuestra pasividad. Allí donde no trabajamos, la naturaleza se destruye y nos arrastra en su destrucción. El relato bíblico puede leerse como un recordatorio de la misión humana: dominar la tierra no como explotación salvaje, sino como cuidado y responsabilidad. Adán y Eva debían trabajar el suelo para vivir, y nosotros debemos trabajar el bosque para evitar que arda. El incendio forestal es, en este sentido, un recordatorio trágico de lo que ocurre cuando olvidamos nuestra tarea de guardianes de la creación. Los incendios forestales nos muestran que no podemos volver al jardín del Edén, pero sí podemos vivir en una tierra fértil y habitable si asumimos nuestra responsabilidad. Cuidar el bosque, intervenir en él, reducir su combustible, es honrar ese mandato antiguo de trabajar y proteger la creación. El paraíso perdido se convierte entonces en una advertencia: no hay armonía sin esfuerzo.
Bueno amigos creo que lo básico está explicado, no me quiero alargar más. Un saludo cordial 🙂
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