En el antiguo mundo bíblico existía claramente la regla de que no se podía condenar ni establecer un asunto judicial con un solo testigo. Se exigían dos o tres testigos. De hecho la ley bíblica, la Torá/Antiguo Testamento, lo establece en varios lugares: 1) en Deuteronomio 19:15 “No bastará un solo testigo contra nadie… solo por declaración de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.” 2) en Deuteronomio 17:6 “Por el testimonio de dos o tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el testimonio de un solo testigo.” O en Números 35:30 Para homicidios “…por el testimonio de testigos. Pero un solo testigo no bastará…”.
Si ahora nos vamos al Tarot de Marsella vemos un ángel en lo alto tocando una trompeta (como en Apocalipsis 8–11), un hombre “resucitando” (en azul) y a ambos lados una figura masculina y una figura femenina. Esta disposición recuerda profundamente varias estructuras bíblicas y cristianas. ¿Son o pueden representar esos dos testigos a Cristo y María? Yo digo que sí. Tenemos a Cristo (a la derecha) que es la Verdad, el Verbo encarnado (Hombre) , juez misericordioso, es el testigo fiel (Ap 1:5) y el Hijo ante quien se hará el juicio (Jn 5:22). Él es el testigo que revela la verdad del alma; no acusa, sino que muestra lo que es ®eal (la ®ealidad Crística de la que ya hemos hablado). Por su parte María (a la izquierda) es la Misericordia; la Iglesia, Madre del creyente; La intercesión (Jn 2:1-11) y la Nueva Eva, puesta junto al Nuevo Adán (Cristo). Ella es el testigo que intercede, la que “presenta” al alma envuelta en gracia. Así pues, el alma humana (en azúl) estaría situada entre: La Verdad (Cristo) y la Misericordia (María). Tal como enseña la teología católica: En el juicio particular y final somos vistos con ojos de verdad y ojos de misericordia. /// El resucitado en azul o, el alma del creyente, es el personaje central que suele verse como el ser humano que despierta, el alma llamada por Dios o también podría ser el bautizado (azul = agua, vida nueva) ya que ese azúl ORgónico nos indica básicamente pureza, Bautismo, Gracia y Esperanza de la resurrección. Este “hombre en azul” podría simbolizar al creyente que, tras su muerte, despierta al juicio. /// El ángel con la trompeta es el llamado final. En la Biblia, la trompeta del juicio aparece repetidamente: 1 Tes 4:16 — “la trompeta de Dios” anuncia la resurrección; Mt 24:31 — los ángeles reúnen a los elegidos; Apocalipsis 11:15— la séptima trompeta proclama el Reino definitivo. Pero...ojo! en el TaroT ese ángel está anunciando no condenación, sino llamamiento, despertar a la vida eterna y manifestación de la verdad del alma. /// Volvamos a lo del Juicio con dos testigos, eco del mundo judío, porque aquí se une perfectamente con lo que decíamos en el comentario inicial: La ley bíblica exige dos testigos (Dt 19:15) y de hecho en el Arcano XX vemos a un hombre testigo y a una mujer testigo que acompañan y “ratifican” la resurrección del alma. Desde una lectura católica esto cuadra de forma poderosa y meridiana: Cristo es testigo perfecto y juez; María testigo del amor que intercede. El alma queda legitimada “ante Dios” por esos dos testigos espirituales que a su vez, ambos, encarnaron para precisamente estar presentes en los dos planos. Cristo y María son la doble pedagogía del juicio: Cristo = luz es el que verdaderamente Ilumina. Muestra. Revela. Dice la verdad sobre nuestra vida; Luego María = calor, es decir, es la que acompaña. Acoge. Intercede. Presenta las intenciones del corazón. Entre ambos el alma entiende lo que hizo, recibe lo que es y se ofrece a la luz de Dios. Amigos es una escena de amor y revelación, no de miedo. Sí, el Arcano XX del Tarot de Marsella, leído en clave católica, representa el momento en que el alma es llamada por Dios, iluminada por Cristo y sostenida por María, con los dos actuando como los testigos que legitiman y acompañan su paso a la vida eterna.
Saludos 🙂


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